El fraude alimentario en el punto de mira

Todos sabemos que el fraude está al orden del día y que analizarlos tiene su complejidad.  Son múltiples los criterios que debemos tener en cuenta. Desde el control de materias primas hasta los movimientos del mercado y sus fluctuaciones. Sufrir un fraude puede resultar tan sencillo que no nos demos cuenta. Por lo que tenemos que disponer de un sistema de prevención muy sólido. Disponer de la herramienta funcionando para darle el salto y que no nos afecte.

 

Analicemos los escenarios para prevenir

Para podernos anticipar, debemos conocer y tener muy al día los siguientes datos:

 

• El histórico del fraude , podemos decir que tenemos una ventaja, ya que los fraudes suelen ser muy recurrente. Y por eso, estar pendientes de lo que ocurre en el mercado puede darnos mayor capacidad de respuesta. Revisar el Rassf puede ser una buena opción.
• La vulnerabilidad de nuestros productos: Debemos analizar los datos históricos, elementos económicos, cuestiones geopolíticas y otros factores emergentes vinculados tanto a producto final como a materias primas. Debemos conocer al detalle todo sobre nuestros productos.

Estas son dos líneas de actuación que nos pueden permitir afrontar de forma preventiva potenciales escenarios de fraude alimentario.

Pero no solo debemos estar pendientes del mercado, sino también de los avances científicos y tecnológicos. Además de las novedades legislativas.

La legislación alimentaria de la Unión Europea el Fraude Alimentario

 

No olvidamos la cuestión legal. La Unión Europea está siendo muy activa en este aspecto y no para de legislar al respecto. Tenemos el Reglamento 625/2017 que define en la nueva regulación sobre controles oficiales y entró en vigor el 14 diciembre de 2019. Este reglamento tiene en consideración varias actuaciones para luchar con las prácticas fraudulentas y engañosas. Lo vemos en su artículo 97 sobre “Designación de los centros de referencia de la Unión Europea para la autenticidad y la integridad de la cadena agroalimentaria” y en el 98 sobre “Responsabilidades y tareas de los centros de referencia de la Unión Europea para la autenticidad y la integridad de la cadena agroalimentaria.

 

En que debemos trabajar y ya lo está haciendo la Unión Europea

 

• Se precisa dotar de métodos de detección para las prácticas fraudulentas y de esta manera contribuir a la autenticidad y la integridad de la cadena agroalimentaria. No debemos dejar en la mano de la administración, cada industria, cada empresa debe participar en la detección y en la prevención. Y con sistema de gestión basados en la responsabilidad podremos conseguirlo.
• Controles analísticos de cada materia prima, centrando y poniendo el ojo en detectar posibles adulteraciones o desviaciones de autenticidad.

Desde mi humilde opinión, estamos ante un tema que es crítico y por lo tanto no es únicamente una cuestión de legislación alimentaria, debemos ir más allá para atajar un problema que afecta a toda la industria alimentaria. No podemos decir que “todo será un fraude”, ni desprestigiar el buen hacer da las industrias alimentarias. Un elevadísimo porcentaje de industrias cumplen y respetan la regulación en todos los aspectos del fraude alimentario. Pero siempre hay una “manzana podrida” que nos echa a perder todo el canasto. Quienes infringen la normativa y generan un riesgo para los consumidores, deben tener el cerco cada más mas cerrado. Con sistema de gestión de inocuidad alimentaria y el compromiso de cada industria podemos conseguirlo.