Seguridad alimentaria

Cultura de inocuidad alimentaria

Cultura de Inocuidad Alimentaria

La fabricación de alimentos es sin duda una de las actividades más antiguas y significativas que el ser humano puede llegar a conocer. Y la actividad que mayor evolución ha podido sufrir a lo largo de la historia. Y sin duda es la actividad que preocupa a más gente. Desde los comienzos de la vida, cuando digo comienzos me voy a tiempos bien remotos, la vida se centraba en la “búsqueda” de la comida, hasta hoy que no tenemos que salir a buscarla. Nuestra existencia ha dependido y sigue dependiendo de los alimentos, sin duda. Ya no estamos en el nivel de preocuparnos por ella, está sin más. Lógicamente me refiero en los países desarrollados. Por desgracia hay lugares en los que aún la comida sigue siendo una esencialidad vital. Pero este artículo va orientado en otro sentido.

Lo que ocurre

En torno al alimento se ha desarrollado una industria sin precedentes. La cocina y la gastronomía se ha convertido en un objeto de consumo, de actividad social, todo lo celebramos alrededor de la comida. La globalización nos ha permitido disponer de una variedad gastronómica alucinante. Y los que trabajamos en el mundo de la industria alimentaria sabemos que por las manos (literalmente hablando) pasa la tarea de suministrar alimentos que cumplan con las expectativas multidimensionales de los consumidores.

En la industria alimentaria vamos a encontrar un nivel de regularización, fiscalización e inspección que permiten asegurar a los consumidores un elevado estándar de inocuidad alimentaria. Pero también sabemos que esta acción regulatoria, impuesta por la administración o de forma “voluntaria” por el propio cliente no sería cien por cien eficiente si detrás de esas manos no hay un compromiso en la minimización del riesgo. La política de “la granja a la mesa” en el sistema alimentario, cada vez más evolucionado. Detrás de un plan de marketing con cada vez mayor peso sobre la industria.

La motivación o concienciación de que pequeños errores pueden representar enormes impactos en la calidad y seguridad de las vidas de los consumidores. Podemos remontarnos al brote de verano 2019, como una simple carne cocinada en Sevilla, pudo llegar a intoxicar a consumidores de Alemania. Vemos cómo se incrementa la probabilidad de propagación de un brote alimentario a lo largo del área geográfica.

“Cultura de inocuidad” un término que se viene acuñando desde finales del siglo pasado, pero que no termina de ser patente en la totalidad de las industrias alimentaria. Es por eso que debemos de entender la Cultura de Inocuidad como un compromiso ético de hacer bien nuestro trabajo, ya que de ello depende la calidad de la vida de los consumidores. Se nos presenta un nuevo desafío, un compromiso fundamental. Cada interviniente en la cadena alimentara tiene su responsabilidad, pone su granito de arena.

Mi motivación

Con este artículo sólo pretendo promover una cultura de inocuidad, remover la conciencia de cada interviniente. Que cualquier gesto que afecte a las buenas prácticas de fabricación alimentaria tienen su repercusión en la inocuidad. Poniendo mi granito de arena dentro del área de la calidad y seguridad alimentaria, formado a responsables de calidad dentro de los estándares solicitados por los clientes. Esta es mi reflexión sobre la cultura de inocuidad…. Cual sería la tuya?

Comparte este articulo en redes sociales

¿Te ha gustado este artículo? SUSCRÍBETE A MI BLOG


Noticias Recomendadas

Escribe tu comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

plan de muestreo analíticonuevos-alimentos