Seguridad alimentaria

Guía para la Gestión de Cloratos en Aguas de Consumo en la Industria

Guía definitiva para la Gestión de Cloratos.

 

El agua es un recurso vital para la industria y la población en general. La calidad del agua de consumo es esencial para garantizar la salud pública y el funcionamiento eficiente de las operaciones industriales. Uno de los desafíos que enfrentan las industrias es la presencia de cloratos en las aguas de consumo. Los cloratos son compuestos químicos que pueden tener efectos negativos en la salud humana si se encuentran en concentraciones elevadas. Por lo tanto, es crucial que las industrias implementen una gestión adecuada de los cloratos para asegurar que el agua potable sea segura y cumpla con los estándares de calidad. En este artículo, exploraremos una guía para la gestión de los cloratos en aguas de consumo dirigida a las industrias.

 

Los riesgos de los cloratos en el agua de consumo

 

Los cloratos se utilizan en diversos procesos industriales, como la fabricación de productos químicos y la desinfección del agua. Sin embargo, la presencia de cloratos en el agua de consumo puede plantear riesgos para la salud humana. Los cloratos se han asociado con la inhibición de la función tiroidea y pueden ser especialmente peligrosos para los bebés y las mujeres embarazadas. Por lo tanto, es esencial que las industrias tomen medidas para reducir la presencia de cloratos en las aguas de consumo.

 

En los abastecimientos en los que se utiliza hipoclorito sódico o dióxido de cloro como biocida principal, se puede producir un aumento en la concentración de clorato, siendo en el primer caso un subproducto de la degradación de la solución de hipoclorito sódico, y un subproducto de la generación de dióxido de cloro (o su reacción con determinados compuestos) en el segundo.

 

Guía para la gestión de cloratos en aguas de consumo

 

Monitorización Regular:

El primer paso para gestionar los cloratos en las aguas de consumo es establecer un programa de monitorización regular. Las industrias deben realizar análisis periódicos para medir la concentración de cloratos en el agua. Esto ayudará a identificar cualquier aumento significativo en los niveles y permitirá una respuesta temprana si es necesario.

Un indicio de valores altos de cloratos, puede ser la observación del bajo rendimiento en concentración de cloro residual que aporta una determinada solución de hipoclorito sódico en su dosificación, lo cual debe complementarse con la medición de la concentración de cloratos en el tratamiento.

 

Identificación de Fuentes:

Es importante identificar las fuentes de cloratos en el proceso industrial. Esto podría implicar revisar los procesos de producción, las sustancias químicas utilizadas y las prácticas de tratamiento de agua. Identificar las fuentes permitirá implementar medidas específicas para reducir la formación de cloratos.

La estabilidad del hipoclorito sódico está muy condicionada por la temperatura, la luz, el pH y la presencia de ciertos metales. La solución sufre una descomposición gradual que da lugar a una reducción progresiva de la concentración de cloro (activo) disponible y al consiguiente incremento de la concentración de cloratos.

 

Optimización de Procesos:

Una vez identificadas las fuentes de cloratos, las industrias deben trabajar en la optimización de los procesos. Esto puede incluir ajustar las condiciones de producción y los métodos de desinfección para minimizar la formación de cloratos.

La utilización de hipoclorito sódico de adquisición reciente y no degradado sería una acción inmediata de corrección.

 

Tecnologías de Tratamiento:

Las industrias pueden considerar la implementación de tecnologías de tratamiento de agua específicas para reducir los cloratos. La tecnología de intercambio iónico y la ósmosis inversa son ejemplos de procesos que pueden ayudar a eliminar o reducir significativamente los niveles de cloratos en el agua.

 

Cumplimiento Normativo:

Las industrias deben asegurarse de cumplir con los estándares y regulaciones establecidos por las autoridades sanitarias y medioambientales. Estos estándares indicarán los niveles máximos permitidos de cloratos en el agua de consumo. El cumplimiento normativo es esencial para garantizar la seguridad del agua y evitar sanciones legales.

 

La nueva Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la calidad del agua destinada al consumo humano prevé un valor límite de 0,250 mg/l tanto para la concentración de cloratos como para la concentración de cloritos, reduciendo significativamente el valor de referencia establecido por la OMS en su Guía para la Calidad del Agua Potable (4ª Ed.), de 0,700 mg/l (concentración aún permitida si se utiliza dióxido de cloro).

En el Real Decreto 3 del 2023 por el que se establecen los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro, nos encontramos una salvedad con respecto a este parámetro. Se aplicará un valor paramétrico de 0,7 mg/L cuando se empleen los métodos de desinfección que generen clorato o clorito, en particular, dióxido de cloro e hipoclorito, para la desinfección de aguas de consumo. Y en caso de superar el valor paramétrico de 0,25 mg/L como valor medio anual, los operadores deberán garantizar y adaptar sus instalaciones en el uso de las mejores técnicas disponibles para la reducción del valor por debajo del valor paramétrico sin comprometer la eficacia de la desinfección.

 

Comunicación Transparente:

La gestión en aguas de consumo debe ir acompañada de una comunicación transparente con las partes interesadas, incluyendo empleados, clientes y la comunidad local. Informar sobre los esfuerzos realizados para reducir los cloratos en el agua demuestra un compromiso con la seguridad y la responsabilidad corporativa.

 

Conclusión

 

La gestión adecuada de los cloratos en aguas de consumo es fundamental para garantizar la seguridad del agua y proteger la salud pública. Las industrias tienen la responsabilidad de implementar medidas efectivas para reducir la presencia de cloratos en el agua, minimizando así los riesgos para la salud humana. Al seguir esta guía de gestión, las industrias pueden contribuir significativamente a la mejora de la calidad del agua de consumo y a la protección del medio ambiente.

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